Cómo limpiar botas de piel adecuadamente


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Cuando compramos unas buenas botas de piel buscamos que nos duren el máximo tiempo posible y tratamos de cuidarlas todo lo posible. Sin embargo, con el paso de las semanas y los meses, puede que se ensucien. 

Sin embargo, cuando queremos limpiarlas, sabemos que no va a ser tarea sencilla, ya que, si no realizas la limpieza de manera adecuada, puede que termines dañando el material de tal manera que tus botas terminen en la basura. Por ejemplo, sabemos que utilizar agua para limpiarlas nunca es una buena idea, porque se pueden afear. 

También hay que tener en cuenta que no todos los tipos de botas de piel requieren el mismo tipo de cuidados. Así, el cuero, el ante o el serraje son ejemplos de materiales que se usan para fabricar botas de piel y necesitan cuidados diferentes para mantenerlas como el primer día. Por eso, en este artículo te vamos a mostrar cómo limpiar botas de piel adecuadamente. 

Consejos generales para limpiar botas de piel adecuadamente

  • Evita el uso de agua. Las botas de piel no se pueden lavar con agua, ya que de hacerlo, sólo conseguirás estropearlas y que adquieran mal aspecto. Por lo tanto, no debes sumergirlas en agua ni las debes meter en la lavadora. Si estas se mojan accidentalmente, debes eliminar de inmediato con un trapo seco el exceso de agua y dejarlas secar. 
  • Utiliza un cepillo o un paño. Debes intentar mantenerlas limpias después de cada uso limpiándolas de manera suave sin demasiadas fricciones que puedan terminar dañando el material. 
  • No las expongas a fuentes de calor. Por ello, si alguna vez se humedecen o se mojan, no las metas en la secadora ni las dejes expuestas a los rayos del sol de manera directa. Tampoco las coloques frente a una estufa o radiador para intentar acelerar el secado, ya que esto puede dañar todavía más el material y favorecer la aparición de grietas. Para brindar un buen cuidado, debes dejarlas secar al aire libre durante el tiempo que sea necesario. 
  • Hidratación del material. Algunos tipos de piel, como el cuero, necesitan materiales hidratantes que las mantengan en perfectas condiciones. Hay ciertos tipos de cremas, ceras o grasas animales que sirven para este propósito. Así, tus botas siempre lucirán tan suaves como el primer día.

Ahora que sabes qué puedes hacer y qué no hacer para mantener la limpieza de este tipo de botas, vamos a ir un paso más allá explicándote paso a paso cómo debes limpiar unas botas de piel. Nosotros hemos elegido el ante que, como hemos nombrado, es uno de los tipos de piel más usados para fabricar botas, pero este método puede servir para otros tipos de pieles.

Asegúrate de que las botas estén secas

El primer paso para limpiar unas botas de piel es asegurarte de que el calzado está seco. Como hemos mencionado anteriormente, el agua puede dañar el material con el que están fabricadas este tipo de botas, por lo que en caso de que se hayan humedecido por la lluvia o por cualquier otro agente externo seca primero la superficie con un paño seco y con suavidad, sin recurrir nunca a fuentes de calor.

Cepillado para eliminar la suciedad superficial.

Una vez secas, debes rellenarlas de nuevo con papel de periódico seco. Este es un paso importante en muchos modelos de botas pero no necesariamente en todos, pero se trata de una buena estrategia para conseguir que las botas no pierdan su forma mientras haces la limpieza, pues determinados movimientos pueden forzar una posición en el material y estropear la forma.

Para limpiarlas, debes utilizar un cepillo suave o un paño. Debes limpiar o cepillar suavemente hasta eliminar la mayor parte de la suciedad superficial. Trata de cepillar siempre en la misma dirección. Si has usado un cepillo, limpia la superficie de las botas con un paño seco. Así, conseguirás eliminar el polvo o los pequeños restos de suciedad que queden.

Utiliza una goma de borrar para las manchas difíciles

Esta solución sirve tanto para limpiar las manchas difíciles como para suavizar las marcas de rozaduras de la superficie de la bota. Trata de hacerlo de una manera enérgica. Una vez estés conforme, vuelve a utilizar el cepillo para eliminar los restos y pásale el trapo para quitar el polvo que haya quedado. 

Quitar las marcas de agua

Si anteriormente tus botas se han mojado por accidente, es probable que hayan quedado algunas manchas de agua de un color distinto al resto de la bota. Esto le va a dar un aspecto sucio y descuidado, por lo que es recomendable limpiarlas. 

Puedes quitar estas manchas si mojas con suavidad el exterior de la bota alrededor de la mancha. Cuando las mojes, debes eliminar el exceso de agua con un paño seco y dejarla secar. Recuerda que debes rellenarlas con papel de periódico para que no pierdan su forma y que las debes dejar secar con paciencia a temperatura ambiente. Recuerda, asimismo, no utilizar un secador o ponerlas frente a la estufa o el material sufrirá.

Para las manchas más complicadas

Puede que pese a todo el proceso que has llevado hasta ahora te haya quedado alguna mancha que no logras eliminar. No te aseguramos que funcione al cien por cien, pero usar vinagre blanco puede ayudar en muchos casos. 

Puedes hacerlo mojando un paño limpio con vinagre blanco y mojando ligeramente la zona, dejándola secar con paciencia. Así, una vez seca, debes pasarle con el cepillo y con el trapo para comprobar que la mancha se ha ido. 

Utiliza protector de ante o hidratante de cuero

Hemos dicho que el cuero y el ante requieren un cuidado distinto, y sobre todo esto se concentra en este punto. Por un lado, el ante necesita de un protector impermeabilizante que ayude al material a repeler el agua. Esto ayudará a que las botas se estropeen mucho menos en épocas de lluvia. 

Por otro lado, el cuero es un material que necesita hidratarse de vez en cuando con distintos tipos de productos preparados para ello. Por ejemplo, puedes aplicarle una crema, cera o grasa de caballo para mantener las botas en las mejores condiciones posibles.

Ahora sabes que las botas de piel, ya sean de cuero, ante o serraje, necesitan ciertos cuidados especiales para que luzcan como el primer día.